
El domingo la abuela Concha salió de casa, y me imaginé que iba a por el pan, y me puse a esperar, pero no daba llegado, y me fui a la puerta de su casa y me puse a llorar y a gritar, porque quería que volviera. Así estuve un buen rato. A mami se le ocurrió grabar la rabieta en vídeo, pero yo que soy muy listo, me callé en cuanto vi la cámara... y se me pasó. Bueno mami me ayudó un poquito.